miércoles, 24 de febrero de 2010

LOS QUEBRANTOS


LOS QUEBRANTOS
(Salm. 57:1 y Lucas 7:37)
Marcos 14:3 = Alabastro quebrantado, roto en pedazos.
Quebranto: Romper en trozos pequeños.
Alabastro: Tipo de Roca.
1. Alabastro ante Jesús (Lucas 7:37) (Mateo 8:2)
Primeramente dice la palabra que una mujer pecadora al saber que Jesús había llagado a la casa del fariseo decidió llevarle un perfume, el cual estaba depositado en un vaso de alabastro, que es labrado en piedra. La mujer pecadora claramente representa al ser humano, todos nacemos en pecado, por lo que somos pecadores, y cuando tenemos nuestro encuentro personal con Jesucristo venimos a él cargados de pecados, y el con amor nos limpia, restaura y nos da nueva vida.
La mujer: Simboliza la humanidad pecadora, recordemos que el pecado entro por un hombre y por un hombre saldrá de nosotros, por lo cual la humanidad es totalmente pecadora.
El alabastro: Es nuestra naturaleza dura y sólida que esconde el perfume que es para Dios.
Presentados ante Dios: El frasco de Alabastro debió haber sido presentado ante Cristo para poder ser utilizado, e inutilizado. El hombre tiene que tener un encuentro personal con Cristo, tienen que ser presentado a él para poder inutilizar su naturaleza de pecado, quedando como hombre viejo y luego ser revestido del nuevo hombre, lo que simboliza el perfume.
Quienes son llamados a ser Alabastros, para luego ser quebrantados (Isaías 1:28):
A. Los Rebeldes: el que transgrede y desobedece.
B. Pecadores: el que yerra en el blanco.
2. Alabastro Roto (Marcos 14:3 y Lucas 20:18)
Luego que el hombre es presentado ante Dios, dice la escritura que tiene que ser quebrantado, “Todo el que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado… Lucas 20:18”.
La piedra: Simboliza a Cristo
Caer: Ser llevados ante él, como seres caídos y pecadores (Isaías 1:28).
Quebrantado: Nuestro viejo hombre inutilizado.
Perfume: Simboliza la comunión con Dios, el ser gratos, agradables y aceptos delante de él, siendo purificados por la sangre del pacto de Cristo.
Esto quiere decir que Dios tiene que romper nuestro molde, nuestra vida, nuestro ser para poder sacar lo que hay dentro de nosotros, es por ello que Dios utiliza varios quebrantos para inutilizar nuestra vieja naturaleza. El vaso de alabastro no fue abierto, no le fue quitada ninguna tapadera, ese frasco fue quebrado y la palabra griega que aquí se utiliza es suntribo (συντρίβω G4937), la cual significa cortar en pequeños pedazos, la misma palabra que es utilizada en Salm 57:1. Al referirse a los quebrantos padecidos en nuestra vida. Por lo cual nosotros tenemos que ser quebrantados por Dios para que nuestro viejo hombre sea quebrado en pedazos (2 Corintios 4:16), y así como aquel frasco inutilizados, para que lo que llevamos adentro sea un olor grato ante Dios (2 Corintios 2:15) y sea esparcido e inunde de agradable fragancia la casa de Dios (Juan 12:3).
Tipos de Quebrantos: Dios creo al ser humano de una forma tripartita, teniendo Cuerpo, Alma y Espíritu, Entonces cuando Dios quebranta nuestro ser puede quebrantarnos en las tres partes que poseemos.
A. Quebranto del Cuerpo:
La palabra de Dios establece que nuestro cuerpo es una cárcel de tormento, que nos induce a revelarnos contra la ley de Dios (Romanos 7:24; 8:10), luego nuestro cuerpo debe ser crucificado juntamente con Cristo (Romanos 6:6) para poder doblegar nuestra naturaleza, Cristo hablaba de la destrucción del templo, refiriéndose a su cuerpo (Juan 12:19 y 21), de esta misma manera nuestro cuerpo debe morir al pecado y resucitar en Cristo. Esto nos habla del Quebranto del cuerpo. Recordemos que Cristo murió Físicamente, y esa muerte física tambien simboliza la muerte del cuerpo al pecado.
B. Quebranto del Alma:
El Alma es el segundo elemento del ser tripartito humano, y es nuestro verdadero ser interno. El Alma es turbada a veces y representa una lucha entre escucharnos a nosotros mismos o escuchar a Dios, prueba de ello es que Cristo antes de ser crucificado exclamo, “Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad… Mateo 26:42” Pero vemos que Jesús no desmayó y venció la voz de su alma la cual se encontraba turbada (Juan 12:27). Entonces podemos ver que Cristo venció su alma escuchando su espíritu y lo mismo nos aconseja pedro el Apóstol “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu… 1 Pedro 1_22” a demás recordemos que Cristo pasó tres días en el Hades, esto es que el llevó la culpa de nuestros pecados hasta el lugar de tormento donde los pagaríamos, o sea que él quebrantó su Alma en el Hades.
C. Quebranto del Espíritu:
La palabra de Dios dice “Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu. Salm. 34:18” Esto quiere decir que Dios tendrá que afligir el espíritu del hombre para que éste le busque. Dios tiene que renovar un espíritu recto en nosotros (Salmos 51:10), esto quiere decir que si lo hará recto, es porque algún tiempo no lo fue, entonces tendrá que tratar con nuestro espíritu, moldeándolo a su manera y rectificándolo, quebrantándolo. Por eso es que dice Dios que su sacrificio es quebrantar el espíritu del hombre. “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado Salmos 51:17” Dios tiene que quebrantar nuestro espíritu de la misma forma que el quebrantó el suyo, cuando era la hora sexta a la hora novena de su muerte hubo oscuridad (Mateo 27:45) en la tierra, luego Cristo dijo, padre porque me has desamparado (Mateo 27:46). O sea que Cristo doblegó su espíritu, llevando la muerte espiritual de nosotros, cuya muerte espiritual es estar lejos de Dios.
En conclusión Cristo llevó tres muertes la Física, la del Alma y la del Espíritu. Estas tres muertes reflejan los tres quebrantos de Cristos, los cuales padeció para ser llevado al cielo y sentarse en su gloria por haber sido un sacrificio de olor grato a Dios. La palabra dice “andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.. Efesios 5:2” Por eso tenemos que padecer los tres quebrantos de Cristo para poder ser olor fragante ante Dios, por ser un vivo sacrificio.
3. Perfume esparcido (Juan 12:3) (Efesios 4:18, 2 Cor.2:15)
El frasco fue arrojado al suelo, simbología de nuestra vida caída y con ello se quiebra el alabastro. Cuando esto sucede sale el perfume que lleva dentro de sí. Entonces podemos ver que solamente cuando Dios nos tira al suelo y nos quebranta, cuando sufrimos los tres quebrantos, o sea cuando ha sido redimido nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestro espíritu, solo entonces podemos quebrar ese viejo hombre de esconde el olor grato que representamos ante Dios. Pero cuando una vez somos rotos Dios permite que nuestra fragancia salga de nosotros, nos volvemos aceptos delante de él y podemos entrar confiadamente al trono de su gracia. Pero para ello tenemos que ser quebrantados en la roca inconmovible que es Cristo (Lucas 20:18) cuando esto ha sucedido Dios se acerca a nosotros (Salm. 34:18) y nos sana (Sal. 147:3), luego él habita con nosotros (Isaías. 57:15)
  • Conclusión
La mujer: Simboliza la humanidad pecadora.
El alabastro: Es nuestra naturaleza dura y sólida que esconde el perfume que es para Dios.
Presentados ante Dios: El frasco de Alabastro debió haber sido presentado ante Cristo para poder ser utilizado el nuevo hombre. El hombre tiene que tener un encuentro personal con Cristo.
Quebrantado: El vaso de alabastro fue roto, o sea que nuestro viejo hombre es quebrado, roto e inutilizado.
Perfume: Simboliza la comunión con Dios, el ser gratos, agradables y aceptos delante de él, siendo purificados por la sangre del pacto de Cristo.
  • Trato con el quebrantado:
1. Los Rebeldes y Pecadores (Isaías 1:28)
2. Dios rompe nuestro ser (Lucas 20:18)
3. Dios se acerca al quebrantado (Salm. 34:18)
4. Dios sana al quebrantado (Sal. 147:3)
5. Dios habita con el quebrantado (Isaías. 57:15)
En conclusión Dios quiere que todos lleguemos a él, que le podamos ser olor grato ante su presencia para manifestar complacencia y contentamiento con nosotros (Génesis 8:20 y 21) como su más grande, linda y abnegada creación (Salmos 144:3), por lo cual Dios tendrá que quebrantar nuestro viejo hombre, para que podamos ser revestidos del nuevo (Colosenses 3:9 y 10.)
Enrique Herrera
Area de Rhemas
2010.

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