lunes, 1 de noviembre de 2010

LOS ESTADOS DEL ALMA.

Introducción

Salmo 42:1- Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti       OH Dios, el alma mía.
En este Salmo aparece seis veces la palabra alma y podemos ver aquí los estados de ánimo que tenia el rey David. En este Salmo veremos diferentes estados de ánimos de David que también nosotros podemos vivir. Es importante que conozcamos nuestra alma, aquí comienza diciendo, que clamo el alma y suspira el alma. Aquí dice que el alma es el que suspira porque pareciera que él, David había perdido su comunión con Dios. David parecía que se sentía perseguido, lleno de temores, el miedo inutiliza, causa hasta insomnio.
Recordemos que debemos prestarle mucha atención a nuestra alma, pues allí se encuentran las emociones, sentimientos, miedos, temores, inseguridades, celos, envidias, contiendas, etc. A menudo nefesh (alma) se refiere a los deseos, los apetitos o las pasiones (Deuteronomio 23:24, literalmente "saciar tu nefesh"; literalmente "el deseo de su nefesh no se sacia"). Mire algunas de las manifestaciones del alma:
1.     El alma suspira
2.     El alma tiene sed
3.     El alma se derrama
4.     El alma se abate y deprime

Desarrollo

1.     El Alma Suspira

 Salmo 42:1- Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, OH Dios, el alma mía.
Estaba suspirando su alma porque estaba lleno de temores. Aquí el siervo no clama por las aguas para ir a beber, si no por temor. El siervo es un animal, diestro para correr, cuando esta siendo perseguido se lanza a las aguas, a las corrientes, el enemigo pierde el olfato y así evita ser atacado.
·        Naamán en las aguas fue libre de lepra, era ccomandante en jefe del ejército sirio bajo Ben-adad II, rey de Damasco. Como militar tuvo éxito, e hizo del reino sirio de Damasco una nación fuerte. Sin embargo, contrajo lepra, y afrontaba la ruina de su carrera. En su casa había una esclava israelita que había sido llevada cautiva en una de las incursiones a Israel. Tenía simpatía por el problema de su amo y expresó su deseo de que pudiera ser sanado por el profeta en Samaria. Frente a esta perspectiva de curación, Naamán pidió consejo al rey, quien lo envió a esa ciudad con una carta de recomendación al rey de Israel. Cuando Naamán la presentó en la corte, se produjo una consternación, porque se consideró que el incidente era una excusa para iniciar una guerra. Pero cuando Eliseo oyó del incidente, envió decir al rey que enviara a Naamán a su casa. Cuando éste y su séquito llegaron, el profeta no salió a recibirlo; sencillamente le envió el mensaje de que debía sumergirse 7 veces en el río Jordán. Eso, evidentemente, tenía el propósito de probar su fe y de humillar su orgullo. Naamán se molestó y se propuso regresar a Damasco de inmediato, afirmando que los ríos Abana* y Farfar eran mucho mejores que el fangoso Jordán. Pero finalmente lo persuadieron a probar la receta de Eliseo, y como resultado, sanó. Como resultado de su milagrosa sanidad llegó a ser creyente en Jehová, el Dios de Israel, y prometió adorarlo sólo a él de allí en adelante.
·        Al pueblo de Dios las aguas lo salvaron y las mismas aguas mataron a su adversario. Cuando Dios sacó a su pueblo de Egipto, no los guió sobre un simple camino. Los llevó a través del desierto hasta el Mar Rojo.- Dios los guió durante el día con una nube grande y durante la noche con una columna de fuego. La nube ayudó a la gente a cubrirse del calor del desierto durante el día. El fuego ayudó a la gente a resguardarse del frío de la noche. Dios cuidó a su pueblo.
Cuando el faraón se dio cuenta de lo que sucedió, él mandó a sus mejores hombres y sus carros de guerra a que los persiguieran. Él estaba seguro que los tendría de regreso, PERO estaba equivocado. Cuando la gente vio los carros de guerra, estaban todos espantados. Moisés habló con ellos y les dijo que Dios les ayudaría y los cuidaría. De repente, llegaron hasta un camino cerrado. El Mar rojo estaba justo frente a ellos. La gente se empezó a atormentar por que no había manera de escapar de los soldados del faraón.
De repente, Dios le dijo a Moisés que alzara su vara. Un viento fuerte comenzó a soplar, dividiendo las aguas en dos paredes y formando un sendero seco en medio. ¡Todo el pueblo de Dios caminó por el agua sobre suelo seco! El ángel de Dios iba atrás de la gente protegiéndolos de los soldados del rey. De hecho, mientras en el lado del rey era de noche, Dios hizo el cielo claro para que la gente atravesará el mar. Ellos llegaron al otro lado, mientras los carros de guerra empezaban a caminar, Dios hizo que se cayeran las llantas de los carros.
Los hombres sabían que Dios estaba cuidando su gente. Ellos regresaron a la tierra corriendo y gritando, ¡“Salgamos de aquí! ¡Dios está peleando por ellos”!
Dios le dijo a Moisés que extendiera su mano sobre las aguas. Las aguas se unieron repentinamente. Todos los soldados del faraón se ahogaron en el agua.
¡Dios cuidó de su pueblo! Ellos estaban tan contentos que comenzaron a agradecer a Dios cantando por haberlos salvado del faraón.- Dios hizo un milagro ése día. Él salvó a su pueblo del faraón. Dios puede hacer un milagro en su vida.
·        Gedeónle definen su ejercito con los que se van a las aguas. Gedeón pudo reunir solamente 32,000 soldados para la batalla contra los madianitas y los amalecitas. Aunque los israelitas eran menos, Dios dijo que los que tenían miedo deberían regresar a sus hogares. 22,000 tropas dejaron el ejército. Dios vio los 10,000 soldados que se quedaron y dijo a Gedeón que aún eran muchos. Si vencieran al enemigo bajo esas circunstancias pensarían que hubieran ganado la victoria por su propia fuerza.
Dios dijo a Gedeón que llevara esos hombres al agua para beber. Los que bebieron poniendo sus manos a la boca, llegarían a formar el ejército de Dios. Había solamente 300 hombres en ese ejército. Y con ellos vencieron, obtuvieron una gran victoria.
Note el poder que tiene el agua, nosotros debemos tener agua en nuestro interior y en nuestra boca, que es la palabra, para vencer todo faraón que se levante en contra de nosotros y de nuestras familias.
Esta agua de Salmo 42 son aguas de salvación.
Nos habla que aunque seamos siervos de Dios los estados de ánimo nos dañan.   Debemos correr a las corrientes de agua del espíritu cuando cambian los estados de ánimo del alma. 

 

2.     El Alma tiene sed

 Salmo 42:2-3- Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? 3  Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
El alma tiene sed de muchas cosas, de honores, de títulos, de comodidad, de lujos, pero mire lo que dice David, mi alma tiene sed de Dios, note hay momentos que aunque somos cristianos la gente nos dice, ¿Donde esta tu Dios? Hasta los demás se dan cuenta por eso debemos ir a las aguas de Dios, recordemoslo que Jesús le dijo a la Samaritana,Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber, tú le habrías pedido a él, y él te habría dado agua viva.»Le dice la mujer: «Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? ... Jesús le respondió:«Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; peroel que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna.» (Juan 4:10-14). Supongo que la mujer estaría sorprendida y si la promesa de Jesús de no tener sed jamás era cierta, no tendría que venir todos los días con el cántaro para buscar agua. Así que la samaritana le pide de esa agua a Jesús. "Señor, dame de esa agua, para que no tenga más sed y no tenga que venir aquí a sacarla." (Juan 4:15).
Ahora que la samaritana le ha abierto el corazón y le escucha, es cuando empieza Jesús a cambiar su corazón. Primero le hace ver su pecado para salvarla, y es que está viviendo con un hombre que no es su marido y que ha tenido ya cinco maridos. La samaritana descubre su debilidad, su necesidad de felicidad, no puede esconderse delante de Jesús.
Jesús quiere enseñarle que el agua que le ofrece no es la que sale del pozo.Quiere enseñarle que ella tiene sed, pero no de agua. ¿De qué tiene sed? Sed de Dios.
Cuando el alma esta sedienta es porque esta insatisfecha. El alma necesita beber del espíritu, note que el espíritu se bebe. David ya no quería batallas, desfiles, honores, aunque era experto en todo esto en guerras, no perdía ni una tan sola batalla, pero él ya no quería esto, su sed no era de esto, el creyó que se iba a saciar con victorias, guerras, honores, pero el llego a la conclusión que ya no se saciaba con nada de esto, tenia sed de algo, algo que el alma pide y esa sed solo se sacia con Cristo Jesús nuestro Señor.
Dios tiene el control, Dios lo maneja todo. Van a querer desanimarlo, pero no se deje guiar por el alma, Dios tiene el control, únicamente tenemos que ir a las aguas de Dios. A David le querían poner temor, duda, y por eso tenia que ir a las aguas de Dios, a saciar su alma.

 

3.     El Alma se derrama

 Salmo 42:4- Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; de cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.
David se acuerda de los tiempos de gloria que él tuvo, no podemos vivir del tiempo pasado, el presente es nuestro.
Mire quienes que derramaron su alma:
·        Ana por anhelo de un hijo,
·        David por temor,
·        Job por la enfermedad y calamidad. 
David sabía lo que era ser soldado de la milicia, no se raja, no se acobarda, es de autoridad y bajo autoridad, es obediente. David siente que le esta yendo mal, por eso reconoce que tiene que derramar su alma a Dios.   El que derrama el alma le esta diciendo al Señor me esta llevando el río, pero espero confiadamente en ti. 
Salmo 62:5 Sólo en Dios tendrás tu descanso, alma mía, pues de él me viene mi esperanza.

 

4.     El Alma se abate y deprime

 Salmo 42:5- ¿Por qué te abates, OH alma mía, y te turbas dentro de mí? espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.
El alma se abate y se turba, abatir es hundir, deprimir, derribar, humillar.- El rey David se deprimía y él tenia el corazón conforme al de Jehová pero se deprimió, le dice ¿Por qué te abates, OH alma mía, y te turbas dentro de mí? espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.
Si te sientes abatido, deprimido, espera en Dios que El hará.- David le hablaba a su alma. La clave de todo esto es esperar en Dios, como le dice David a su alma porque aun he de alabarte, salvación mía, Dios mío.
 Si recuperamos la visión clara de la vida, viviremos más tranquilos.   Debemos esperar en Dios, pero orando. Recordemos a:
·        Pedro el apóstol que en su cobardía, negó al Señor estuvo predicando en el día de Pentecostés. 
·        Nabucodonosor que comía entre las bestias subió y se sentó en el trono nuevamente.
·         Job terminado, enfermo, fue doblemente rico.
 Dios te tiene bajo su control, EL cuida de nosotros, tomemos fuerzas para que el alma no tome el control de nosotros. Estar turbado es una conmoción, como lamento, clamor. A David se le lleno el alma de confusión, esto es producto de que no nos sentimos contentos, realizados.
David no soportaba llevar una atadura interna, llevaba algo dentro de él que le causaba confusión, no tenia paz a causa de ello, David estaba encerrado, no sabía hacia donde ir.   A veces Dios nos encierra, te puede tener encerrado por una enfermedad, o una amenaza, esperemos a que Dios nos abra la puerta. 

 

Conclusiones

Si Dios nos abre la puerta salimos sin golpearnos, en paz y bendecidos. Esperemos en Dios para que EL nos saque de los lugares o situaciones que nos están dañando. En medio de la aflicción debemos beber del agua de Dios.
Algunas de las manifestaciones del alma:
·        El alma suspira
·        El alma tiene sed
·        El alma se derrama
·        El alma se abate y deprime
Salmo 42:4- Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; de cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.
Derramaron su alma:
·        Ana por anhelo de un hijo,
1 Samuel 1:15 Pero Ana respondió y dijo: No, señor mío, soy una mujer angustiada en espíritu; no he bebido vino ni licor, sino que he derramado mi alma delante del SEÑOR.
·        David por temor,
Salmo 42:4- Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; de cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.
·        Job por la enfermedad y calamidad. 
 Job 30:16 Y ahora en mí se derrama mi alma; se han apoderado de mí días de aflicción.

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