"Efesios 4:22,24 que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos, y que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente, y os vistáis del nuevo hombre, el cual, en la semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad." Jesús dijo a sus discípulos que cuando el Espíritu Santo viniera sobre ellos, recibirían dunamis, es decir, poder, fuerza, milagros, fortaleza, virtud, habilidad, abundancia, hechos, obras; para ser testigos. El poder de testificar de Dios se manifiesta en nosotros por medio del cambio que Dios hace en nuestra forma de pensar conforme a la renovación del espíritu de nuestra mente. El Espíritu Santo no es una fuerza, un viento o una paloma. Es la tercera persona de la Trinidad con la misma dignidad del Padre y del Hijo.
Vemos en la conversión de Saulo quien hizo mucho mal a los santos, con autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocaran el nombre del Señor. Pero el Señor le habla a Ananías para que fuera a orar por él. Dice en Hechos 9:17 Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre él, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo. Hechos 9:20 Y enseguida se puso a predicar a Jesús en las sinagogas, diciendo: El es el Hijo de Dios. Podemos ver el cambio de mente que es Espíritu operó en Pablo, quien se convertiría en el perito arquitecto de la iglesia.
Cuando somos bautizados en agua hay un cambio, morimos al viejo hombre y nos levantamos en novedad de vida, como dice Pablo en Romanos 6:4 y 6 Por tanto, hemos sido sepultados con El por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad d vida...sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado.
Ahora al ser llenos del Espíritu Santo somos transformados para servir a Dios y dar testimonio de El por el cambio en nuestra vida.
Romanos 7:6 Pero ahora hemos quedado libres de la ley, habiendo muerto a lo que nos ataba, de modo que sirvamos en la novedad del Espíritu y no en el arcaísmo de la letra. Y en Romanos 8:5 Porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu.
El profeta Juan el Bautista dice en Mateo 3:11 Yo a la verdad os bautizo con agua para arrepentimiento, pero el que viene detrás de mí es más poderoso que yo, a quien no soy digno de quitarle las sandalias; El os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.
Anhelemos ser llenos del Espíritu Santo para poder servir al Señor, no con nuestra mente humana pues lo haríamos de forma limitada, hagámoslo con la mente renovada en Cristo donde el poder de Dios, el dunamis, los milagros, las sanidades y el cambio del corazón se manifiesten poderosamente pues para el que cree todo le es posible.
El profeta Zacarías dice: "No por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu"—dice el SEÑOR de los ejércitos.
TOMADO DE PAGINA DE MINISTERIOS EBENEZER GUATEMALA
2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario